martes, 26 de diciembre de 2017

SITUACIONES ON/OFF LINE

SITUACIONES ON LINE

1. Utilizo el whatsapp a diario y a menudo, salvo, evidentemente, cuando estoy trabajando o en clase. Pero incluso en esas ocasiones, hago lo posible para echar un vistazo. De modo que, por desgracia, debo decir que prácticamente todo el día estoy on line. Y digo por desgracia, porque me parece algo muy peligroso. El hecho de tener la oportunidad de comunicarnos en todo momento, a veces hace que creamos que no necesitamos estar con la gente cara a cara, ya que compartimos todo lo necesario vía redes sociales. Cosa que me da mucha pena, pues no es cierto. Ya que nada tiene que ver este tipo de comunicación, con estar con alguien y poder mirarle a los ojos o tener contacto físico.

2. Otra situación on line en la que me encuentro a diario es a la hora de estudiar. Utilizo la red para todo lo relacionado con la búsqueda de información, cuando antes acudía a la biblioteca. Por supuesto, no voy a negar que el hecho de tener acceso a esa gran cantidad de información, con la que hoy en día contamos, sea  una gran ventaja. Pero no debemos olvidar que ello trae un trabajo extra de filtración, ya que todo lo que llega a nuestras manos no es cierto. Y además - que le voy a hacer- soy una nostálgica de los libros.

3. Una tercera situación on line en la que a pesar de no encontrarme a menudo, cada vez lo hago con mayor frecuencia, es la de hacer compras vía on line. A pesar de que hasta ahora he sido una persona que me gustaba observar y palpar el producto con mis propias manos, cada vez compro más por internet. La razón por la que lo hago es el tiempo que ahorro, ya que vivo en un pueblo (Zarautz), que aunque si que tiene suficiente comercio, siempre he tenido ala costumbre de dirigirme a las capitales o lugares con mayor oferta. Es por ello que cada vez estoy comprando más por internet, para evitar tanto desplazamiento. Hay ciertas compras que ni recuerdo cuando las hice por última vez en un establecimiento, como puede ser: la compra de billetes de avión o buscar lugares para pernoctar en época de vacaciones.


SITUACIONES OFF LINE

1. Me encanta leer. Leo a diario y a cada momento del día que puedo: ya sea en al autobús, si entro en alguna cafetería a tomarme un café, mientras desayuno y antes de dormir. Leo libros, porque tal y como ya he mencionado antes, soy una defensora de la literatura impresa. A menudo familiares y amistades me han solido preguntar si quiero un libro digital como regalo de Navidad o para mi cumpleaños, a lo que yo siempre he contestado, que ni pensar. El contacto con los libros, su olor, las ilustraciones, el colorido... me relaja, y es algo que lo relaciono con mis momentos de ocio. Es más; es algo íntimo. Creo que un libro digital me recordaría demasiado al trabajo. 

2. Otra de las situaciones off line es la que vivo a primera hora de la mañana cuando voy a correr. Es otro de los momentos más agradables del día y no podría vivir sin ello. Me encanta correr cerca del mar escuchando nada más que las olas. Sobre todo, ese susurro que sale desde las rocas acumuladas en la pared una vez las olas alcanzan el tope y retornan. 

3. Por último, no podría olvidarme de los momentos inolvidables que paso con mis amigas. A pesar de que todas trabajamos, tenemos hijos y vivimos muy liadas, tanto ellas como yo jamás faltamos a la cita semanal. A mi, personalmente, me da fuerza para seguir adelante. Creo sinceramente que la compañía de la gente es la mejor medicina para muchos de los problemas a los que nos enfrentamos a diario. Es por ello que animo a todas las personas a que hagan un esfuerzo y busquen un  rato libre para disfrutar de la buena compañía, aunque aveces no sea fácil.

Nerea Permach Martin


DE LO SÓLIDO A LO LÍQUIDO




















POEMA VISUAL
Por: Nerea Permach Martin

¿QUIÉNES NOS VEN CUANDO NO MIRAMOS?



Incidente crítico

Lo que a continuación os voy a contar me dejó bastante huella,  no solo por lo curioso del asunto, sino más bien por lo inesperado que resultó ser para mi.
Hace bastantes años montamos un grupo de música entre las amigas. Yo tocaba la guitarra y cantaba. Resultó que al público le gusto la idea y llegamos a tocar en bastantes ocasiones y en diferentes locales. Seguramente, no por la música que hacíamos, ya que prácticamente todo eran versiones, sino porque a principios de los 90 en Euskal Herria, apenas había bandas de música creadas exclusivamente por mujeres. 
Jamás llegamos a grabar un disco, pero si que grabamos una maqueta, en el pequeño estudio que un amigo malamente había montado en su casa. Es decir, que todo ello no era más que algo que hacíamos entre amigas.
El caso es que años después, un romántico de aquellos años decidió hacer una recopilación del momento, e hizo un montaje con una gran cantidad de fotografías de conciertos de por aquel entonces. Recuerdo que recibí una llamada de él pidiéndome material, y yo sin pensarlo mucho le envié lo que tenía. He de decir que el trabajo que realizó resultó ser excelente y se publicó en diferentes redes sociales. 
Hace no mucho tiempo, me llamaron para una entrevista de trabajo. Para mi sorpresa, y en la mitad de la entrevista, una de las personas que me entrevistaba me reconoció y me preguntó si realmente era yo la cantante del grupo.
Os podréis imaginar mi asombro. Menos mal que aquella persona mostraba simpatía por aquellos años y le hizo gracia. Por lo que se ve, él también había tocado en una banda cuando era joven y alternado por los mismos lugares.
A modo de reflexión, si algo aprendí de aquella situación es que debemos de tener mucho cuidado con lo que publicamos en las redes sociales, o a la hora de dar el consentimiento para que alguien lo haga. Porque una vez publicado, queda al alcance de tanta gente, que difícilmente podemos controlarlo. Incluso podríamos decir que es prácticamente imposible, y tiene mucho que ver con nuestra intimidad. Creo que es un tema que francamente merece especial atención y respeto por nuestra parte.

Nerea Permach Martin






sábado, 23 de diciembre de 2017

Incidente Crítico

Creo que son muchos los momentos en los que he vivido una situación de este tipo. Pero una situación que se repite en mi día a día está provocado por el uso de las famosas Cookies. Muchas veces he deseado que cada vez que acepto el uso de las Cookies que, o bien me trajeran una bandeja de galletas, o bien le dieran una hos… en toda la cara a quien los ha inventado. 

Pero ninguna de esas dos situaciones ocurre jamás. Lo que si que pasa es que por un lado me siento controlada, y por otro lado la situación ya me aburre. La privación de libertad, la de no poder buscar lo que quiera, las veces que lo necesite y que simplemente sea las veces que quiera y cuando necesite, ya resulta casino. 

Cada vez que he solido realizar cualquier búsqueda en algunos de mis dispositivos con acceso a internet, me han atosigado con esa información durante mucho tiempo, en cualquier otra página de Internet, aunque ambas paginas no tuvieran nada que ver entre sí. Es una incitación continua al consumo, como bien cantaba Ska-P “Consumo gusto”. Pero es aun peor cuando ni siquiera soy yo quien realiza la búsqueda. Suelo dejar el móvil a personas de mi confianza cuando han necesitado hacer alguna búsqueda puntual, y cada vez que lo he hecho me he arrepentido. No por el mal uso ni porque el móvil es un dispositivo privado, sino porque el bombardeo de información ni siquiera era de mi interés. 


Esto hace que, cada vez que me acuerdo, procure navegar en modo incógnito, ya que en teoría no queda constancia de esas búsquedas. Aun así, soy más que consciente de que al utilizar el modo incógnito lo único que evito es que me sigan bombardeando con la información de esa búsqueda, porque se sabe que quien tenga interés no tiene ningún problema, por desgracia, en saber lo que he buscado. Por lo menos, es mejor que nada. 

3 SITUACIONES ONLINE Y 3 SITUACIONES OFFLINE

  1. Tres situaciones ONLINE

  1. Revisar mis redes sociales
    • Suelo revisar mis redes sociales a diario (normalmente por las noches). Pienso que debería de quedar más con la gente que me apetece, pero, por circunstancias, no puedo. Me siento aliviada de seguir manteniendo el contacto mínimo con esa gente. 

    1. Documentarme para hacer trabajos
    • Suelo obtener la mayoría de la información vía online. Pienso que es curioso que no me importe que lo que lea esté en ese formato, aunque la lectura de “ocio” me gusten en versión analógica. Me siento aliviada de tener acceso a toda esa información en un click.

    1. Compras
    • Suelo realizar compras de cosas que no encuentro en las tiendas locales. Pienso que aunque intento promover el comercio local, es muy cómodo realizar ciertas compras por Internet, y por eso lo suelo hacer, aunque siento que tanta facilidad va a terminar matando al pequeño comercio local, ya que cada vez se valora menos el trato personal y más las cosas instantáneas.

  1. Tres situaciones OFFLINE

  1. Conducir
    • Cuando conduzco, y más si conduzco sola, me siento liberada, probablemente  porque suelo ir “cantando”, y eso hace que libere tensiones acumuladas. Pienso que podría ir a cualquier parte, y de hecho, muchas veces sueño con hacerlo, y a veces incluso lo hago. Cojo el coche para hacer algún recado y me suelo ir a dar una vuelta larga, a disfrutar de los parajes que tenemos cerca y muchas veces no valoramos. 

    1. Jugar a balonmano
    • Sin duda es mi deporte favorito. Soy portera del equipo, en mi club de toda la vida, con gente del pueblo. Pienso que es un deporte que me ha hecho ser quien soy. También creo que ha sido una de las claves para poder, ahora, trabajar en equipo, ya que desde pequeña he aprendido la importancia de hacerlo; o remamos todas en la misma dirección o todas perdemos. Lo mejor del balonmano es que todavía, después de casi 15 años jugando, se me pone piel de gallina cuando jugamos como equipo y conseguimos objetivos. Me hace sentirme feliz, y no solo sentirme,  hace que sea feliz.

    1. Pintxo-Pote

    • Suelo quedar con mis amistades para, en la vida tan ajetreada que llevamos, parar y estar con ellas. A veces, con el mero hecho de estar y compartir tiempo ya no es suficiente, ya que el tiempo es lo único que no se puede recuperar. Pienso que es nuestro momento de la semana, los miércoles a la tarde, para dejar a un lado las relaciones “a distancia” y relacionarnos como es debido: en persona. Siento que es una pequeña costumbre que marca la diferencia, y hace que nuestras relaciones de amistad recobren sentido, por mucho que a veces no nos quede más remedio que comunicarnos mediante las tecnologías. 

sábado, 16 de diciembre de 2017

Incidente crítico


En las próximas líneas os narraré un acontecimiento crítico que vivencie unos pocos años atrás. He trabajado durante años en el sistema educativo público realizando sustituciones como maestra. Distintas maestras y maestros que realizamos sustituciones, participamos en un grupo de facebook que sirve para plantear dudas, intercambiar opiniones, ayudar a los demás... es un foro muy útil y práctico, pues generalmente las personas que participan en él son conscientes de los diversos problemas que vivimos las personas que realizamos sustituciones y suelen aconsejarnos.

Un par de años atrás, surgió un tema polémico en relación con la puntuación y baremación de las personas que trabajabamos en el sistema público. Había principalmente dos posiciones opuestas respecto a la temática. Al hilo de la conversación, yo añadí mi opinión y diversas personas se pusieron a favor, otras, sin embargo no. Fui crítica y a pesar de dar mi opinión de manera educada, a todas las personas no les sentó bien. 

Unos meses más tarde, me tocó ir a un colegio a realizar una sustitución. Me presenté y al ver mi apellido en la ficha, mi nueva compañera de trabajo me preguntó lo siguiente: ¿Tú escribiste un comentario en el grupo hace unos meses respecto a esta temática? le dije que sí y fui sincera. Ella me comentó que se había puesto de mi lado y que tenía razón, esa vez había tenido suerte. Pero, que una persona se acordase de mis palabras, de un comentario que había realizado respecto a una temática me pareció increíble. Era una sustitución larga aquella y también pensé en lo contrario, ¿Qué hubiese ocurrido si en vez de ser ella mi compañera hubiese sido una de las personas que no compartían mi punto de vista? 

Siempre decimos que las palabras se las lleva el viento, pero no ocurre lo mismo con las palabras y opiniones que subimos a internet. Las palabras se las lleva el viento, pero las palabras que subimos a la nube, resisten en ella a lo largo del tiempo.
Por lo tanto, esta experiencia me sirvió para reflexionar . Considero que como docentes tenemos que ser críticos, entender distintos puntos de vista y tratar de reconstruir el conocimiento nutriendonos en el camino de los distintos puntos de vista. Yo, por mi parte, continúo y continuaré dando mi punto de vista de manera respetuosa y siendo crítica en distintos aspectos. La diferencia es que ahora soy consciente y estoy preparada para saber la repercusión que pueden tener unas palabras, así como la fuerza de estas. De modo que utilizo esta fuerza de manera positiva, no para discutir sino para reconstruir.
Ainara Babarro Velez